La mitad de las solicitudes a estas becas no se conceden a las familias más desfavorecidas. Se les niega a familias que incluso están por debajo del umbral de la pobreza.
En un contexto de subida generalizada de precios, el comedor escolar supone un importante gasto para las familias. Sin embargo, el umbral económico para pedir la beca comedor es tan bajo que en la mitad de los casos las familias que lo solicitan se quedan sin ella.
Así, lo revela el estudio El comedor escolar. La visión de las familias, realizado por Educo, que pone de manifiesto la gravedad de una situación que cada vez afecta a más personas. El 43 % de las familias llevan a diario a sus hijos al comedor escolar, pero es mayor el porcentaje en el caso de las rentas altas (50 %) que las bajas (36 %). El mayor problema, señala el informe, es de índole económica; de hecho, si el comedor fuera gratuito, tres de cada cuatro familias llevarían a sus hijos.
De manera que, sólo la mitad de las familias asegura poder pagar el comedor escolar con cierta tranquilidad y un 30,3 % pidieron una beca comedor porque consideraban que la necesitaban. Si embargo, el 45,2 % de los solicitantes no la recibió, en la mayor parte de los casos por superar el nivel máximo de renta estipulado para la solicitud de las ayudas.
Por lo tanto, este umbral está, en muchas comunidades autónomas, por debajo del umbral de la pobreza, por lo que llega a los hogares más vulnerables pero no a aquellos que están en riesgo de serlo o tienen presupuestos muy ajustados. “El sistema de becas tiene que adaptarse a la realidad”, explica Pilar Orenes, directora general de Educo. “En nuestros proyectos vemos muchos casos de familias con ingresos bajos que superan por muy poco el máximo permitido para pedir una beca y no se le concede este apoyo a pesar de estar en el límite de la precariedad”.
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