Establecer los centros educativos como lugares de actividad física. El objetivo es aumentar la movilidad de los jóvenes y transformar sus hábitos sedentarios.
La mayoría de niños y los adolescentes pasan un tercio del día durmiendo, otro tercio en el centro escolar y el tercio restante comiendo, estudiando y en otras tareas sedentarias. Los colegios e institutos son lugares perfectos para aumentar la cantidad de actividad física y para intentar que sean atraídos por la práctica de algún deporte. En muchas comunidades autónomas ya han instalado una tercera hora de Educación Física en niños, y está ampliándose poco a poco a adolescentes.
En comunidades autónomas como Madrid ya han notificado que la tercera hora de Educación Física llegará a la ESO entre este curso y el siguiente. Muchas comunidades ya hicieron lo mismo en los colegios de primaria. Por tanto, el movimiento de "una hora de Educación Física al día" poco a poco va calando.
Si analizamos una hora de Educación Física podremos ver como apenas un tercio de la sesión (unos 20 minutos) se realiza de forma activa. El resto se esfuma entre iniciar la sesión y explicaciones. La verdadera razón de aumentar el número de horas es que el alumno aprenda a ser responsable de su salud, condición física y bienestar.
Las clases por sí mismas no son suficientes para promover beneficios saludables, pero serán la puerta que haga descubrir a los alumnos el gusto por el deporte, a la vez que aprenden herramientas para poder utilizarlas en su tiempo libre.
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